La enorme movilidad del hombro hace que esta articulación sea a menudo una fuente de dolor, sobre todo cuando mantenemos largo tiempo posturas erróneas o desempeñamos trabajos que fuerzan la musculatura.
Muchas personas recordarán a los Madelman, aquellos muñecos articulados que tenían su punto débil en el hombro. Se rompían por donde más lo usábamos : los brazos. el interés del fabricante de dotarlos de la máxima movilidad se volvía en su contra y los hacía frágiles en esa zona. Así es nuestra articulación del hombro, rica en movimientos y posibilidades , capaz de cargar, levantar , empujar. Gracias a ella nadamos, saludamos o nos peinamos. Nos da tanto que, si no la cuidamos, se queja, nos duele y avisa para que empecemos a cuidarla.
Cuando nos referimos al hombro, no hablamos solo de la articulación, ya suficientemente compleja. Están los músculos, tensos , variados y potentes del trapecio, el supraespinoso , las dorsales, el infraespinoso…Los tendones, que transmiten esa fuerza muscular a los huesos y generan el movimiento. Solo cabe recordar aquí su importancia y que, ante cualquier molestai, la respuesta ha de ser rápida. Y finalmente, para que el hombro no se salga de sitio, están los ligamentos ,preparados para dar el espacio justo a la articulación, la capacidad de acción y sujeción a la vez .
Ser conscientes de esta complejidad puede ayudar a entender las demandas del hombro, el significado de sus molestias. El hombro tiene una amplia funcionalidad. Si observamos el brazo vemos que cuelga del hombro. Esto permite que gire 360º, pudiendo alzar, acercarlo al cuerpo y alejarlo de él, y hasta podemos llevarlo por detrás de la espalda.
Los músculos del hombro trabajan continuamente, pues son posturales , aguantan el brazo atraído por la fuerza de la gravedad y soportan los 7 kg que pesa la cabeza erguida para que no se vaya hacia delante. Tenemos , pues, una musculatura con tono constante. A seo se suma a veces un ejercicio continuado, como el de la peluquera que mantiene los brazos en alto buena parte del día. Entonces pueden aparecer las contracturas.
El músculo sano se acorta para generar movimiento y cuando este cesa se relaja. Si estas fibras que forman el músculo se encogen de manera permanente e involuntariamente se produce entonces una contractura muscular. Todos podríamos encontrarlas en nuestro cuerpo. Una contractura muy visible se da en los trapecios, que hace que un hombro esté más alto que el otro -quien se mira en el espejo quizá se sorprenda-. A este acortamiento de un lado, si no duele, a menudo no se le da importancia pero indica un desequilibrio que el cuerpo compensa en otra zona, como la cadera o a lo largo de la columna.
Lesiones musculares. A menudo el músculo se acorta involuntariamente por tensión laboral o emocional, malas posturas o repetidas, llevar un bolso pesado de un brazo… Esta lesión de las fibras musculares puede dar lugar a contracturas, puntos gatillo y fibrosis muscular. Como compensación, el descanso o alivio d ela tensión pueden ser suficientes. si no , un masaje o aplicar calor en la zona puede hacer desaparecer las molestias que sentimos.
Cuando el dolor se manifiesta claramente ante la presión, se repite en el tiempo y se puede detectar como una banda tensa, estamos ante un » punto gatillo». Para eliminarlos requieren las manos de un fisioterapeuta , osteópata o acupuntor.
Como último estadio, si se deja cronificar una contractura, las fibras musculares pueden transformarse en tejido fibroso. Pierden elasticidad y a menudo este proceso es irreversible. Los «bultos» dolorosos se pueden tratar para disminuir las molestias pero ya no desaparecen.
Prevenir el dolor. Lo mejor para las molestias musculares es prevenir, no abandonarse tanto como para que el tejido muscular se transforme en fibra. Dentro de los hábitos sanos, los posturales son muy importantes . Especialmente los relacionados con la profesión. Hay que sentarse frente al ordenado teniendo en cuenta los consejos ergonómicos básicos ( distancia de la pantalla, posición de los pies…) En otros trabajos, hay que vigilar el peso que se carga.
Por último , conviene prestar atención a las tensiones laborales y emocionales.cuando no son controlables a corto plazo, puede ser el momento de recibir un masaje. Si el dolor de hombros aparece repetidamente o no se quiere sufrir una buena solución es adoptar una rutina de ejercicios específicos.
Atenuar molestias. Tras una jornada laboral agotadora, una vez en casa, se puede aplicar sobre el área molesta una bolsa de agua caliente,una esterilla eléctrica o los cojines que se calientan en el microondas. Con el calor llega más sangre, la musculatura se relaja y la recuperación resulta más rápida. Si esto y el sueño reparador no son suficiente, es recomendable realizar ejercicios básico y estiramientos. Dependiendo de la situación , es conveniente también recibir un masaje descontracturante.
Corregir hábitos. A partir de ese momento debemos responsabilizarnos del cuerpo y de los músculos, revisar qué hábitos resultan dañinos ( errores posturales, falta de descanso, excesiva tensión…) y estudiar qué se puede hacer para llevar una vida más asna ( ejercicio físico, rutinas de estiramientos …) Si a pesar de todo, el dolor persiste se puede recurrir a un profesional de las terapias manuales.
Fuente: Dr. Sagrera-Ferrandíz